El impuesto a la renta explicado sin filtro: ¿Quién paga realmente?

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Hablar de impuestos es como hablar de política en la cena familiar: todos tienen una opinión, y el debate puede escalar rápidamente. Pero hoy quiero poner sobre la mesa una pregunta incómoda que rara vez se discute en profundidad: ¿Es realmente justo el impuesto a la renta?

Nos han enseñado que los impuestos son el precio que pagamos por vivir en una sociedad organizada, que financia servicios públicos esenciales y permiten la redistribución de la riqueza. Hasta ahí, todo suena razonable. Sin embargo, cuando se analiza con lupa cómo funciona el sistema tributario en Chile, las certezas comienzan a tambalearse y surgen interrogantes que muchos prefieren esquivar.


El mito de la progresividad: ¿Quién paga realmente más impuestos?

El impuesto a la renta en Chile es progresivo en teoría, lo que significa que, a mayor ingreso, mayor porcentaje se paga. Pero en la práctica, la realidad es otra.

El profesional independiente y el empresario PYME
Un trabajador independiente que emite boletas de honorarios o un pequeño empresario que retira dividendos de su empresa pueden llegar a pagar tasas efectivas de impuestos cercanas al 35% o más. Sin embargo, una gran empresa con una estructura optimizada puede reducir significativamente su carga tributaria a través de mecanismos legales de planificación fiscal.

Las grandes corporaciones y su ingeniería tributaria
Las grandes empresas, con acceso a asesores tributarios de alto nivel, encuentran formas de diferir impuestos, aprovechar beneficios tributarios o trasladar utilidades estratégicamente. ¿Es ilegal? No. ¿Es injusto? Esa es la pregunta incómoda.

¿Quiénes realmente financian el Estado?
En la práctica, la carga tributaria recae fuertemente en los trabajadores asalariados de altos ingresos y en quienes no tienen herramientas para optimizar sus impuestos. Mientras tanto, quienes cuentan con estructuras societarias más sofisticadas logran pagar proporcionalmente menos.


¿Reforma o resignación?

Cada cierto tiempo, se anuncian reformas con la promesa de “mejorar los impuestos”, pero la pregunta clave es: ¿mejorar para quién?

Históricamente, muchas reformas han apuntado a aumentar la recaudación sin abordar de fondo la equidad tributaria. Se habla de subir impuestos a las empresas, reducir exenciones y combatir la evasión, pero rara vez se discute el verdadero problema: los impuestos personales.

La gran brecha en los impuestos personales
En Chile, los impuestos a la renta de las personas siguen un esquema que, en teoría, es progresivo. Sin embargo, en la práctica, las mayores cargas recaen en la clase media-alta y los profesionales independientes, mientras que quienes pueden estructurar sus ingresos a través de sociedades o rentas de capital logran pagar significativamente menos en términos proporcionales.

Entonces, cuando se habla de reformas, ¿cuándo llegará el momento de sincerar el sistema y mirar de frente los impuestos personales? Hasta que esto ocurra, la equidad tributaria seguirá siendo un concepto más aspiracional que real.

La justicia tributaria es un tema complejo, pero ignorarlo solo perpetúa desigualdades y distorsiones. ¿Es momento de un debate más honesto sobre quién debe pagar más y cómo se logra una tributación realmente equitativa?

¿Qué opinas?

¿Es realmente justo el impuesto a la renta en Chile?

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