LLC en EE.UU.: la guía 2025 para decidir sin humo (y sin perder plata)

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Cada vez atendemos más llamadas de amigos y clientes que están mirando hacia Estados Unidos para expandir, ordenar o proteger sus operaciones. Y casi todos llegan con la misma duda:

“¿Es difícil crear una empresa allá desde Chile?”

La respuesta corta: no.
La respuesta completa: depende de para qué la necesitas.


La historia que vemos repetirse una y otra vez

Hace unos meses nos escribió Andrés, un emprendedor chileno que llevaba años vendiendo servicios digitales a clientes en EE.UU., Europa y Asia. Su negocio crecía rápido… pero su estructura se había quedado atrás.

La urgencia apareció con un simple correo de un cliente norteamericano:

“¿Me envías los datos de tu empresa en Estados Unidos?”

Ese correo lo descolocó.
Y vino la reacción clásica:

“Quiero una LLC en EE.UU… creo que en Delaware… porque todos dicen que es lo mejor.”

Pero nosotros ya conocemos esa película.
La pregunta no es qué estado elegir.
La pregunta real es:

¿Para qué necesitas una empresa allá?


El verdadero punto de partida: la intención, no el trámite

Antes de hablar de formularios, agentes registrados o cuentas remotas, siempre hacemos las mismas tres preguntas estratégicas:

1. ¿Qué problema buscas resolver?

Puede ser orden, expansión, banking, profesionalización, credibilidad frente a clientes, acceso a plataformas de pago…
Cada motivo abre un camino distinto.

2. ¿Dónde se genera realmente tu ingreso?

No es un tecnicismo:
define obligaciones tributarias, riesgos y la estructura adecuada.

3. ¿Qué etapa vive tu negocio hoy?

Un freelancer, un e-commerce, una startup con inversionistas y un consultor independiente no necesitan la misma figura societaria.

Cuando Andrés nos respondió que quería vender más afuera, ordenarse y que no estaba levantando inversión… la ecuación tomó forma sola.

Primero se define el propósito.
Después se elige la ciudad y el estado.

(tip aclaratorio)
Cada ciudad/estado sirve para necesidades diferentes:
– Algunos son ideales para levantar inversión (como Delaware y su estructura para C-Corp).
– Otros son más simples, económicos y prácticos para operar servicios desde Chile (como Washington).

Pero eso no se decide por moda.
Se decide por intención.


Entonces… ¿conviene una LLC?

La pregunta correcta no es “¿conviene una LLC?”
La pregunta es:

¿Calza una LLC con lo que necesitas hoy… y con lo que necesitarás después?

Aquí va, explicado sin tecnicismos y como relato.


Cuándo una LLC es una tremenda herramienta

Una LLC funciona perfecto cuando la empresa es una extensión natural de tu actividad actual y tu negocio crece más rápido que tu estructura.

Ejemplo realista:
Eres consultor, freelancer, programador, agencia o profesional que vende servicios al extranjero. Tus clientes quieren formalidad, te piden datos bancarios de EE.UU., necesitas separar lo personal de lo comercial, y quizás recibir pagos vía Stripe, PayPal o bancos internacionales.

Ahí la LLC calza perfecta:
simple, económica, flexible y suficiente.

También funciona cuando:

  • Manejas un e-commerce internacional sin socios sofisticados.

  • Buscas banking sólido.

  • Tu operación se presta desde Chile.

  • Quieres orden, simplicidad y cero fricción administrativa.


Cuándo NO te sirve una LLC

La LLC deja de ser buena idea cuando tu negocio entra en etapa corporativa.

Ejemplo práctico:
Quieres levantar capital, emitir acciones, negociar equity o entrar a una ronda SAFE/VC.
Ahí la LLC no sirve, porque no permite emitir acciones ni ofrece la estructura estándar que exigen fondos, inversionistas profesionales y mercados más sofisticados.

En esos casos, la figura correcta es una C-Corp (generalmente en Delaware):
la estructura favorita de inversionistas porque permite equity, stock options, rondas, preferencias y toda la ingeniería societaria que requiere el mundo VC.

En resumen:
LLC para operar.
C-Corp para levantar capital.


Constituir desde Chile: más simple de lo que suena

Sí:
puedes constituir una empresa en EE.UU. sin poner un pie allá.

Hoy el proceso es fluido, rápido y completamente remoto.

En la práctica, se resume en tres grandes pasos:

  1. Definir el propósito (la parte estratégica).

  2. Constituir legalmente la empresa.

  3. Abrir banking y dejar todo funcionando.

Existen estudios especializados que se encargan de todo (incluida la apertura de la cuenta corporativa remota).
Y bueno… hay equipos que lo hacen con mucha experiencia y cuidado.
No es necesario decir más.


¿Y los impuestos? La verdad —clara y sin tecnicismos

Aquí aparecen la mayoría de los mitos.

Primero:
Una LLC manejada por extranjeros no siempre paga impuesto en EE.UU.
¿Por qué?
Porque para efectos fiscales puede ser una entidad transparente.

Si tu negocio no genera ingreso dentro de EE.UU., entonces la utilidad se asigna a los dueños, y estos pagan impuesto en su país de residencia.

En este caso: Chile.

¿Y si la LLC vende productos en Estados Unidos?

Depende:

  • Si almacenas inventario en EE.UU., pueden surgir obligaciones locales.

  • Si operas desde Chile y solo vendes online, cambia el análisis.

¿Y si la LLC genera utilidades altas?

Mientras no opere físicamente allá, la carga principal está en Chile.
Pero si crece, trae socios o busca inversión…
se migra a C-Corp.
Sin dolor.
Sin humo.

La clave es planificación, no improvisación.


Checklist 2025: ¿Te conviene realmente abrir una empresa en EE.UU.?

Marca las que te apliquen:

✔ Necesito vender a clientes extranjeros y mejorar credibilidad
✔ Mi flujo de pagos es internacional y quiero banking sólido
✔ Busco orden, formalidad y separar lo personal de lo comercial
✔ Mi actividad se presta desde Chile (o desde cualquier país)
✔ No necesito inversionistas hoy
✔ Quiero una estructura simple, económica y funcional

Si marcaste 3 o más: estás en el camino correcto.
>Si marcaste 5 o más: probablemente necesitas una LLC.
>Si marcaste todas: conversemos.


Crear una estructura afuera no es un lujo, ni una moda, ni un capricho que se copia porque “un amigo lo hizo”.
Es una decisión estratégica: una que puede ordenarte, abrirte puertas, mejorar tu credibilidad y, sobre todo, darte un marco profesional para los próximos años.

Lo importante no es el estado, ni el formulario, ni la fintech.
Lo importante es que la estructura converse bien con tu operación, con tu modelo de ingresos, con tu etapa actual y con lo que planeas construir hacia adelante.

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